Zarautz

Torre Luzea

Edificios singulares de Gipuzkoa

Zarautz empleaba dos torres para su defensa, ya que no contaba con una muralla. Todavía hoy en día, la Torre Luzea (Torre Larga) sigue siendo un magnífico ejemplo de casa-torre de estilo gótico

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Torre Luzea es un edificio del siglo XV que se conserva en perfecto estado y que sirvió como torre vigía en el pasado. Su arquitectura llama la atención, pero también su tamaño, de dimensiones considerables para el tipo de construcción que tiene lugar en la localidad costera de Zarautz.

Se trata del mejor exponente de palacio-torre gótica civil que se conserva en el Territorio Histórico de Gipuzkoa. La fachada principal está realizada en piedra sillar, se trata de la más interesante, proporcionada y singular del edificio. El conjunto se sitúa en un parque que invita al relax y a los paseos mientras se aprecian las esculturas dedicadas al poeta Lizardi y al bertsolari Basarri.

La torre se compone de tres plantas, además de la planta baja. En la parte inferior destacan los ventanales góticos y el escudo perteneciente a la familia de los Zarauz, hoy día casi ilegible. En las labores de restauración que se llevaron a cabo en el edificio en 1923, Yribar, el arquitecto al cargo del proyecto, describió el escudo como un castillo, un león, tres panelas en triángulo (que siguen siendo visibles) y un árbol con jabalí. En el interior se conservan pinturas del siglo XVI.

La Torre Luzea ejercía las funciones de vigilancia y defensa de la localidad costera, ya que Zarautz no contó con murallas que defendieran a sus habitantes. Junto a otros edificios como la Torre Laburra, Zarautz pudo defender sus límites y a sus habitantes.

Los muros del edificio son de gran grosor, debido a su función defensiva, y todavía conservan varias saeteras que permitían entrar la luz. Así mismo, se aprecian dos espolones en la parte superior que debieron sujetar cadalsos o estructuras de madera, al igual que los mensulones que rematan las cuatro fachadas. En la segunda planta, tanto en la fachada principal como en la trasera, se pueden apreciar portillos ojivales que podrían servir para dar acceso al cadalso desde el interior de la torre.

A pesar de su función defensiva, el lado estético no se dejó a un lado. Se abrieron ventanales geminados y arcos trilobulados con parteluces. A mediados del siglo XV, Enrique IV mandó a eliminar los elementos defensivos de las casas-torre. Los historiadores afirman que al tratarse de un edificio con aspecto de palacio, pudo ser la razón por la que los elementos defensivos se mantuvieron, evitando el desmochamiento de la construcción.