Santuario de Loyola

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Construido alrededor de la casa natal de Ignacio de Loyola, es el santuario más importante del País Vasco junto al santuario de Aránzazu. Este amplio conjunto de monumentos ocupa una vasta extensión que destaca por su basílica, coronada por una gran cúpula flanqueada por dos edificios de 75 metros.

Construida con piedra caliza procedente del cercano monte Izarraitz, la Basílica, destaca por una gran cúpula y por un amplio pórtico de tres vanos al que se sube por una gran escalinata. El barroco que domina el pórtico llena de multitud de adornos sus paredes. Sus escaleras muestran una simetría perfecta.

El interior de la basílica, de forma circular con un diámetro de 33m, está rodeado por ocho arcos de dos tamaños diferentes que dejan un espacio central de 20 m de diámetro. El churrigueresco domina el interior de la basílica donde el mármol negro y el dorado tienen una presencia importante.

La cúpula, principal elemento de la construcción, destaca por ser de 20m de diámetro y una altura de 50m que se ve rematada por una linterna de 15m. En conjunto, alcanza una altura de 65m desde el suelo. La estructura de la cúpula es doble, la parte exterior es de piedra caliza, mientras que el interior es de arenisca, que permite un trabajo más fácil. Ambas capas están separadas por medio metro.

La basílica y la Casa Santa están rodeadas del edificio principal, concebido como Real Colegio de Loyola. Este conjunto religioso de estilo barroco y de tres pisos cuida el equilibrio de volúmenes y otorga al conjunto arquitectónico una imagen poderosa.

El conjunto se completa con unos jardines de uso privado en la parte posterior al Santuario. Se construyeron al adquirirse las 25 hectáreas de terreno pertenecientes a los caseríos Muniategui y Aldakaitz en 1948. Estos jardines son accesibles solo desde el colegio de Loyola y desde el centro de espiritualidad. Su uso está reservado para la comunidad y para los hospedados en el albergue o en la hostelería.

El Santuario de Loyola cuenta con una de las bibliotecas más ricas de todo el territorio, con más de 300.000 ejemplares entre los que destacan los libros y las partituras. Así mismo se incluye un Museo Sacro con dos salas donde se guardan objetos litúrgicos, el altar y las puertas que franqueaban la capilla original de la casa natal de San Ignacio de Loyola.