Urretxu

Palacio Ipeñarrieta

Edificios singulares de Gipuzkoa

De Palacio de nobles a baserri, pero sin perder ni un ápice de su solera y grandiosidad

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De majestuoso aspecto, el Palacio Ipeñarrieta es una casa torre de planta rectangular mandada a construir en 1605 por Cristóbal de Ipeñarrieta. Llama la atención por la fuerza del edificio, pero también por el segundo cuerpo central que se alza en él. Tanto la fachada del cuerpo principal, como este segundo cuerpo, se alzan en piedra arenisca sillar, mientras que el resto del edificio es de mampostería.

Construido en la ladera del monte Irimo, el Palacio Ipeñarrieta es un imponente palacio que sorprende a todos los visitantes de Urretxu. El palacio cuenta con 575 metros cuadrados La fachada principal del palacio cuenta con dos escudos familiares. Dichos escudos se realizaron en mármol de Carrara. Rezan los escudos “Soli Deo honor et gloria”, que significa “Solo a Dios honor y gloria”.

Construido en forma de palacio entre los siglos XVI y XVII. Los Ipeñarrieta colaboraron estrechamente con la realeza, teniendo cargos importantes en la Corte de Madrid. El Rey Felipe III se hospedó en el Palacio Ipeñarrieta cuando vino a Gipuzkoa a entregar en matrimonio a sus dos hijas. La escolta del rey estaba formada por 190 carrozas, 74 coches, 74 camas, 2.750 mulos y 2.000 animales de carga.

Más tarde, fue Isabel II la que pernoctó en el Palacio Ipeñarrieta. Para esta visita, el palacio se engalanó con banderas y estandartes. La visita de la reina Isabel II se recordó durante muchos años en Urretxu. Se cuenta que la reina llegó a la localidad acompañada de ilustres como Narváez o Prim y que encabezó la comitiva tocando el piano.

Actualmente es imposible visitar el Palacio Ipeñarrieta. Desde el siglo XVIII su uso ha sido privado y ha estado en manos de los Izagirre, que han reconvertido el lugar en un caserío. Hace unos años se realizaban visitas al edificio para mostrar los tradicionales métodos de labranza, pero este servicio ha quedado anulado en la actualidad.

El mantenimiento de la vivienda es uno de los mayores quebraderos de cabeza para la familia Izagirre que, a pesar de todo, se niega a abandonar el lugar. Su trabajo de mantenimiento ha permitido que el palacio siga luciendo igual de esplendorosa que el primer día. Incluso con una oferta en firme del Ayuntamiento para hacerse cargo del inmueble, la familia lo rechazó ya que su relación con el mismo es tan fuerte que no contemplan desprenderse de él en ningún momento.