Hondarribia

Castillo de Carlos V

Edificios singulares de Gipuzkoa

De gran fortaleza a Parador de Turismo, el Castillo de Carlos V ha tenido tantos dueños como historias esconden sus gruesos y fuertes muros

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Construida sobre la antigua fortaleza que se erigía en el punto más alto de la actual ciudad de Hondarribia, el Castillo de Carlos V es una de las joyas del patrimonio de Hondarribia. De gran tradición, el Castillo de Carlos V es actualmente un Parador, un lugar de visita obligada para todo viajero selecto que quiera pasar por Hondarribia.

La construcción original del lugar se remonta a Sancho Abarca de Navarra. Esta primitiva construcción fue ampliada para finales del siglo XII por el rey navarro Sancho VII, conocido como El Fuerte. Pocos años después comienza la construcción del castillo una vez el rey castellano Alfonso VIII tomó el actual Territorio Histórico de Gipuzkoa. Durante el reinado de los Reyes Católicos fue reformado, pero es durante el reinado de Carlos V cuando se amplió hasta adquirir el esplendor actual.

El edificio es llamativo por su tipo severo y sus gruesos muros. Entre 2 y 3 metros de sendas paredes de piedra recubren esta construcción de planta rectangular. La monumentalidad y solidez de su construcción son dos de los elementos que más llaman la atención del castillo situado a un lado de la Bahía de Txingudi.

Funcionó durante años como castillo y palacio. Se presenta en él un núcleo central construido en la Edad Media, de planta cuadrangular con patio y restos de cubos en el extremo. El núcleo central fue completándose en sucesivas ampliaciones, entre las que destaca la fachada principal ordenada a construir por Carlos V. Destaca la fachada por su sobriedad donde llaman la atención el pórtico de acceso por un arco de dimensiones reducidas y el escudo imperial con el águila bicéfala que ornamenta el conjunto.

Según los planos de 1797, el edificio constaba de seis plantas en total. Entre sus muros se encontraban los aposentos para la tropa, los cuerpos de seguridad, vestuario, almacenes, caballerizas, calabozos, laboratorios mixtos y depósitos de pólvora y municiones hechos a prueba de bombas. Las bóvedas de piedra sostienen una plataforma o terraza superior que se empleó para situar diez piezas de artillería y que constaba de su propia cubierta.

El edificio pasó a manos privadas, para en 1929 pasa a manos del Ayuntamiento a instancias de la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena. La reina María Cristina visitó Hondarribia un año antes y cuentan que se alarmó ante la inminente venta del inmueble. Es por ello que propuso al consistorio adquirir el edificio y conservarlo.

En 1966 el Ayuntamiento cede el castillo, pasando de nuevo a manos del Estado. Es el Ministerio de Información y Turismo quien lo reforma y acondiciona para convertirlo en Parador de Turismo, actual uso que tiene la edificación.